La jubilación no es para los tipos duros
El último desafío
|
Título original | The Last Stand |
Nacionalidad | Estados Unidos de América |
Año | 2013 |
Género | Accion |
Formato | Color |
Duración | 107 |
Director | Kim Ji-woon |
Guión | Jeffrey Nachmanoff, Andrew Knauer |
Fotografía | Ji-yong Kim |
Música | Alan Silvestri |
Producción | Lionsgate Films, Di Bonaventura Pictures |
Reparto | Arnold Schwarzenegger, Genesis Rodriguez, Jaimie Alexander, Peter Stormare, Forest Whitaker, Rodrigo Santoro, Johnny Knoxville, Zach Gilford, Harry Dean Stanton, Luis Guzmán, John Patrick Amedori, Daniel Henney, Eduardo Noriega, Chris Browning, David House, Eddie J. Fernandez |
|
|
Sinopsis | Atormentado por la culpa tras una operación fallida, el sheriff Ray Owens (Schwarzenegger) deja su puesto en la división de narcóticos del Departamento de Policía de Los Ángeles para trasladarse a la tranquila localidad fronteriza de Sommerton Junction, donde el crimen no abunda precisamente. Pero esta existencia apacible se ve truncada cuando Gabriel Cortez (Eduardo Noriega), el más destacado capo del narcotráfico del hemisferio oeste, efectúa una espectacular y sanguinaria huida de un convoy penitenciario del FBI.
Cortez, respaldado por una banda de forajidos cuyo jefe es un frío mercenario llamado Burrell (Peter Stormare), emprende una endiablada carrera hacia la frontera mexicana a 400 km/h en un Corvette ZR1 modificado. La ruta de huida pasa justo a través de Summerton Junction, donde un nutrido dispositivo policial, que incluye al agente John Bannister (Forest Whitaker), tiene una última oportunidad de interceptar al violento fugitivo antes de que se escabulla para siempre al otro lado de la frontera.
A pesar de su renuencia inicial a implicarse, y de la supuesta ineptitud del modesto efectivo policial de Sommerton Junction, Owens decide finalmente tomar cartas en el asunto y, con la ayuda de su equipo, prepararse para un desafío de proporciones épicas.
| |
Crítica | Puntuación del crítico: 8 | Lo ha dicho tantas veces que, al final, lo ha cumplido: Arnold Schwarzenegger ha vuelto y, curiosamente, exactamente diez años después de su última película como protagonista porque, a decir verdad, el tito Arnold ha vuelto unas cuentas veces más en este tiempo, a pesar de retirarse para centrarse en su carrera política.
Por ejemplo, hizo cameos en "La vuelta al mundo en 80 días" y "Tesoro del Amazonas" donde parecía dejar su legado en manos de Dwayne "The Rock" Johnston. También se puede tildar de cameo su aparición digital en "Terminator Salvation". La más comentada de todas fue la que tuvo lugar en "Los Mercenarios", junto a algunos de sus amigos héroes de acción. Fue allí donde germinó el rumor de que Arnold estaba muy, muy cerca de regresar a las pantallas de cine como la estrella que siempre ha sido. "Los Mercenarios 2", donde su papel era mayor, terminó de confirmarlo y, este mismo año, ya se anuncian al menos tres películas donde es protagonista. Tres, nada más y nada menos. Y aquí nos llega la primera, "El último desafío", toda una sorpresa fílmica que no le ha ido demasiado bien en la taquilla americana, y no me extraña, porque no estamos un producto creado para triunfar en plan blockbuster, sino ante una cinta a reivindicar con el tiempo.
Ante todo debo aclarar que no puedo ser objetivo con esta película. Y el principal motivo está claro, el actor, Arnold Schwarzenegger. No es sólo que me encanten prácticamente todos sus trabajos (en el 99% de las veces ha sabido escogerlos) sino el tipo de cine que hace, sino que también he crecido con él, con sus películas, con su T-800, con su Dutch, con su Douglas Quaid, con su poli de guardería, con su eraser, con su Conan... A estas alturas, es raro que una película protagonizada por el actor me pueda disgustar. Afortunadamente, con ésta, no he tenido que echar mano de mi poca objetividad con él: "El último desafío" es una notable película de acción, dirigida por alguien capaz de tocar todos los géneros sin resentirse la calidad del filme.
Y es que, no deja de ser curioso el director elegido para el regreso de Arnold. No así el proyecto, que es una de acción a la vieja usanza, una especie de western moderno próximo a clásicos como "Río Bravo" e incluso "Asalto a la comisaría del distrito 13". Lo curioso es que haya sido el coreano Kim Ji-woon, en su primera incursión en Estados Unidos, en traer de vuelta a tito Arnold. Y no le ha salido nada mal la jugada, ni mucho menos; quizás, de todas las obras que tiene el director en su haber, la que puede aproximarse más, especialmente en estética y tono de western, sea la de "El bueno, el malo y el raro". El director, capaz de ofrecernos joyitas como "Encontré al diablo" y la muy efectiva "Dos Hermanas", consigue superar con nota su llegada a la pantalla grande de Estados Unidos, con un filme divertido, muy bien rodado, con una gran estética, escenas de acción magníficamente puestas en escena, mucha violencia, sangre, humor y un Arnold muy bien utilizado. ¡Ah! Y mucho regusto al cine de acción de los ochenta.
Atención, porque estamos ante una película de argumento simple, más simple que el mecanismo de un chupete, repleta de tópicos, clichés, escenas manidas y ya vistas pero, ¿y qué? Es una película realizada por y para los fans del buen cine de acción. Un filme que no importa qué cuenta, sino cómo lo cuenta. Al fin y al cabo, a estas alturas, decir que está todo inventado de un modo u otro es decir poco, así que, centrémonos en lo importante, en disfrutar de los chascarrillos, de la acción bien rodada, de las explosiones, de los tiros, de los puñetazos, de Arnold, de las frases lapidarias... En fin, de lo que debe tener una buena película de acción de las del viejo estilo.
Y es que, si algo quiere decir esta película en voz alta es que los viejos rockeros nunca mueren. Si no hubiésemos tenido anteriormente productos como "Los Mercenarios", estaríamos hablando de dos regresos: el del cine de acción de los ochenta, y el de Arnold. Nos quedaremos sólo con el segundo, que no es poco y una declaración de intenciones: está aquí para quedarse y seguir ofreciéndonos productos de acción de calidad.
La trama nos sitúa en un tranquilo pueblecito en la frontera con México. Un lugar donde no pasa absolutamente nada, donde el sheriff del lugar, un viejo policía que quería huir de todo, impone una aburrida ley que apenas nadie rompe. Hasta que, un buen día, un poderoso narcotraficante escapa de la ley y se dirige hacia México, para huir de ella. Lo único que se interpone entre él y sus planes es el pueblo del sheriff, que intentará detenerle con todos los medios posibles.
Como veis, una excusa perfecta para una gran película de acción, y eso es lo que tenemos, poco más de hora y media de tiros, explosiones y espectaculares escenas de conducción. El directo no sólo le saca partido a tito Arnold, sino a todos los secundarios que le rodean, poniendo especial énfasis en Luis Guzman. Incluso Johnny Knoxville está bien, aunque la mayoría de las veces cansa bastante; quizás es el que más sobra de todo el reparto. También hayamos a un Forest Whitaker en un papel que ya ha hecho con anterioridad (el de agente de la ley estirado) y un Eduardo Noriega que, aunque le falta mucho para ser un gran villano, da gusto verle. Al menos a mí me ha molado verle enfrentándose al sheriff interpretado por tito Arnold.
Pero de todos el que mejor está es precisamente el actor protagonista. A su edad, aún sigue dando guerra y de manera muy convincente, al mismo tiempo que se parodia a sí mismo, que se ríe de su edad y que incluye algunas referencias a anteriores trabajos (atentos a la espada). El director sabe quien es la estrella de la película, y la usa convincentemente, igual que maneja con soltura a los secundarios de su alrededor.
Aunque no es todo lo que tiene de bueno el filme. La acción, sin ambages, sin tonterías, cruda, directa, sangrienta y muy, muy ochentera, hace que la película sea una delicia. A eso ayuda mucho la dirección, muy bien llevada (tanto las escenas de disparos como las de peleas se ven perfectamente). Una delicia todas y cada una de las escenas de tiroteos, destrucción, muerte y explosiones, y eso sin hablar de las de conducción. Por no hablar de las frases lapidarias, las bromas, escenas que dejan sin aliento (la de la "impaciente"), las continuas referencias y homenajes a otros filmes, la quimica entre los actores del pueblo, etc, etc.
En resumen, Arnold vuelve por la puerta grande. No estamos ante una de sus mejores películas, pero sí ante una de las más divertidas, y una de las que, dentro de unos años, sus fans recordaremos con más cariño. Una gozada en cuanto a cine de acción se refiere, y más si hablamos de cine de acción a la vieja usanza que, afortunadamente, está más de moda. Divertidisima en su conjunto.
|
|
The Stranger | |
Ficha de Película enviada por The Stranger el 31 de Enero de 2013 |
|
|
|
video | |
|
|
visitantes
|
|
|