La Magia del verdadero Arte convertido en Cine.
Tres Colores: Azul
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Título original | Trois couleurs: Bleu |
Nacionalidad | Francia/Polonia/Suiza/Reino Unido |
Año | 1993 |
Género | Drama |
Formato | Color |
Duración | 100 |
Director | Krzysztof Kieslowski |
Guión | Krzysztof Piesiewicz & Krzysztof Kieslowski |
Fotografía | Slawomir Idziak |
Música | Zbigniew Preisner |
Producción | Coproducción Polonia-Francia; MK2 Productions / Tor Production |
Distribuidora | Cameo Media |
Reparto | Juliette Binoche, Benoît Régent, Florence Pernel, Charlotte Véry, Hélène Vincent, Philippe Volter, Claude Duneton, Hugues Quester, Emmanuelle Riva, Florence Vignon, Daniel Martin, Jacek Ostaszewski, Yann Trégouët, Alain Ollivier, Isabelle Sadoyan |
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Sinopsis | Julie pierde a su marido (un gran compositor) y a su hijo en una accidente de automóvil. Destrozada, decide comenzar una nueva vida de forma anónima e independiente, intentado librarse de todas las ataduras de su pasado, mudándose a un apartamento y deshaciéndose de todas sus anteriores pertenencias. Pero su pasado volverá cuando un periodista sospecha que ella es la autora de la obra de su difunto marido.
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Crítica | Puntuación del crítico: 10 | Sencillamente apabullante, de una imaginación y magia desbordantes. Es una de las obras que siempre me hace recordar que el buen Cine existe, aunque siempre sea de minorías. Al ver esta trilogía, que considero sin ningún pudor la mejor de la historia, surgen verdaderas ganas de volver a amar el Cine como algo más que eso, como verdadero Arte. Si eres capaz de mirar más allá del torbellino de bodrios que inunda el celuloide de hoy, encontrarás un granito de arena recubierto de esperanza. Eso es la trilogía del genio Kieslowski.
Sin duda, es una película que a nadie puede dejar indiferente. Seguramente es la obra (me refiero a la trilogía al completo) más intimista que he visto en mi vida. Es una verdadera pasada cómo este magnífico director juega con lo sencillo y lo convierte en algo grandioso. Nunca he visto semejante forma de introducirse en la mente y el corazón humanos y sacar sus más profundos sentimientos, plasmarlos en la pantalla y dejarlos que broten de manera sublime, logrando que recorran las venas del maravillado espectador.
Todos los elogios que pueda ofrecerle serán pocos. Nunca las palabras serán suficientes, hay que verlo y sentirlo para creerlo.
Desde esa magnífica música, hasta el preciosista colorido azulado, lleno de brillos y tonos soberbios... todo es PERFECTO. Pocas veces he visto esa forma de unir la música a las imágenes, dejar petrificado al espectador a medida que siente brotar las lágrimas por su mejilla. Abrumador.
Además de esa magia visual y sonora, acompañadas de una fotografía excelente, tenemos unas interpretaciones dignas de mención. Juliette Binoche está increíble, una de las mejores intrepretaciones que he visto en mi vida.
Sinceramente, dejar pasar esta trilogía sería un error gravísimo. Sin ella tu vida tendrá un hueco pendiente de rellenar. Inolvidable el final de esta película, su música, sus fugaces escenas... no creo que nunca haya llorado y sentido de semejante manera.
La trama, intimisma y personal a la par que única, trata de una mujer (Julie) que un día se despierta recibiendo la cruda noticia de que en un accidente, con su única supervivencia, mueren su marido y su hija. A partir de ahí, ella comienza un duro camino de autoengaño en el que trata de deshacerse de todo su pasado. Pero la música de su vida pasada continua en su cabeza, y en el borde de la desesperación surge una luz que consigue abrirle los ojos, las puertas de su vida. A lo largo de ese camino suceden infinidad de casualidades, metáforas (destacar esos momentazos del flautista y de los ratones) y situaciones oscuras que harán que la protagonista se estremezca y logre ver el pequeño resquicio de luz que queda en ella. Sin olvidar los puntos de unión de las tres películas que completan la trilogía. En el caso de esta, tenemos la escena en la que se entrecruza la protagonista en los tribunales con uno de los momentos iniciales de la próxima película (el color Blanco), donde un hombre se encuentra sufriendo sus propias desgracias. Espeluznante.
Desde luego, Kieslowski es el Rey de la narrativa visual. El que logre entender su obra sabrá porque lo digo. Eso sí, debido a su gran personalidad e intimismo, no creo que toda la gente sea capaz de captarla o aceptarla. Si no eres capaz de seguir su mensaje y vivirlo, seguramente te resultará algo lenta.
Pero no creo que muchos directores hayan sido capaces de alcanzar tal profundidad de sentimientos como aquí lo hace Kieslowski. Claro que, ya se sabe que a la gente le gusta cosas más sencillas y llevaderas. El público general nunca entenderá este Cine, siempre superior e injustamente maltratado.
En fin, la considero una película (trilogía) imprescindible. Altísimamente recomendable. Puede que la odies o que te marque profundamente, pero hay que verlo para llegar a creerlo.
Una Obra Maestra absoluta.
Saludos.
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Moonlight-Shadow | |
Ficha de Película enviada por Zerkalo el 1 de Julio de 2004 |
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