La piel suave ... A GRITOS
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Waster
desde Madrid
, España
-- Jueves, 22 de Diciembre de 2005 a las 19:32.
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.82.159.58.224 |
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La primera mitad de la película es muy Hitchcockiana en su uso del suspense. Casi todo es tensión, inquietud en medio de esa relación difícilmente clandestina, alternando con escasas pero intensas imágenes de gran lirismo. La segunda parte narra esa nueva relación de amor, expresando el descontento de su protagonista con su vida burguesa y aburrida y su posibilidad de renacimiento mediante esa nueva relación. Está llena de imágenes de sensualidad sencilla y sugerente, de diálogos veraces (a veces desgarrados, en otros conmovedores), todo ello teñido por un suave halo de liviana frialdad, que logra que entendamos tan bien como sus personajes (en el fondo) que nada puede salir bien. Luego, los últimos y prodigiosos quince minutos de película vuelven a ser una película de suspense. El ritmo se ralentiza exageradamente, casi todo sucede en tiempo real, y la tensión se acumula hasta ese vibrante y trágico final que cierra una película que es algo más que una triste y desoladora visión del amor en nuestra época (Aunque, qué bonitas son las imágenes del hombre acariciando a su amante dormida con ese gesto desesperado), es un retrato de los sentimientos admirables y terribles que surgen en el ser humano, de una sociedad aburguesada, aburrida, sumida en una forma de vida tediosa que incluye la imposibilidad de sus integrantes de escapar a sus propias redes. Truffaut hace de un tema tan manido una honesta, sencilla, bella y directa obra maestra.
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