¿Es posible separar la vida privada de la vida política sin entrar en conflicto? ¿Es posible ser libre completamente? ¿Nos está permitido elegir sin traicionar? ¿Es posible... olvidar?
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Sinopsis | “Sin Fin” ante todo es una película de fantasmas, por supuesto sin efectos especiales, escenas de terror u otros clichés. Porque un muerto se expresa, acompañando a una mujer, y observa a los vivientes con sus dificultades y contradicciones... El muerto es un abogado brillante que aparece ante su viuda, Úrsula. La presencia permanecerá hasta el final de la película. Es como un testigo, conciencia de su propia desesperanza. Paralelamente a la vida de la mujer, redesarrolla una intriga política: el juicio de un obrero acusado de organizar una huelga, con la instauración de la ley marcial y la llegada al poder del General Jaruselski, defendido por un abogado cansado y astuto.
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Crítica | Puntuación del crítico: 9 | Krzysztof Kieslowski: "La libertad es un concepto contradictorio con la naturaleza humana". Cualquier elección supone una restricción y una negación de otras posibilidades, que pasan a ser inviables desde ese momento. La libertad para Kieslowski es algo inalcanzable, ya que el ser humano es limitado, pero también es una ilusión. Y en su foro más interno siempre la estaba buscando, entendiendo y comprendiendo. Para conocer a Kieslowski (dentro de lo posible, por supuesto) deberemos entender que, a pesar de su resignación real, estaba deseando soñar con algo tan ingenuo como teóricamente inalcanzable. Todos anhelamos alcanzar cierto grado de plenitud.
La verdadera cuestión, según el propio director, no era si somos o no somos libres, sino si realmente queremos serlo. Nuestras elecciones tienen gran importancia en ello, partiendo desde un punto de vista virginal e inexistente, que solamente se podría alcanzar con nuestra desaparición, lógicamente. Por lo tanto... una vez más, sacad vuestras propias conclusiones. Kieslowski ya intentó alcanzar su propia búsqueda de Amor y Libertad.
"Sin Fin" es una sublime obra del maestro Kieslowski, el cineasta que mejor supo retratar el alma humana. Esta película sería el inicio de la relación entre Kieslowski y Piesiewicz, futuro co-guionista también en films de la talla de “La Doble Vida de Verónica”, “Azul”, “Blanco” o “Rojo”. “Sin Fin” sería la antesala para el mítico “Decálogo” (también con la mano del compañero Piesiewicz), obra cumbre en el cine de Kieslowski.
Y se podrían establecer perfectamente varios vínculos entre esta película y la futura “Azul”. “Sin Fin” es la digna antecesora de la primera parte de la futura trilogía, pero mucho más críptica. En ambas vemos a una mujer que, inesperadamente, se queda sola en el mundo, sin el apoyo de su marido. A partir de la muerte de su amor, ambas mujeres (Ulla en “Sin Fin” y Julie en “Azul”) intentan buscar una vía de escape, sea a través del sexo o de la soledad. En ese recorrido se encontrarán con diversos detalles (a veces inapreciables para nosotros) que les mostrarán que la libertad está maltratada, que es algo mucho más complejo de lo que muchos nos intentan hacer ver. Y esa libertad en forma de amor se nos mostrará a través de símbolos y mensajes aparentemente crípticos, que deberemos desentrañar nosotros mismos. Siempre es el espectador el que tiene que dar sentido a lo que ve en la obra de Kieslowski, tal como lo hizo él en su vida. Kieslowski nunca aceptó la definición de artista para su persona, sino la de artesano. Siempre buscando el sentido y el por qué a nuestro espíritu, pero sin ofrecer la respuesta. Ni siquiera él supo encontrarla.
Por ello, especialmente en “Sin Fin”, las respuestas no serán fáciles de encontrar y, en muchas ocasiones, no sabremos a qué agarrarnos. Todos los símbolos y metáforas son increíblemente escurridizos, desde la trampa para ratones hasta las misteriosas y aparentemente vanas apariciones del difunto marido. Pero todo tiene un sentido más allá de lo metafísico o espiritual, mostrándonos claramente, en esta ocasión, la imposibilidad entre la vida privada y la vida política. Así, “Sin Fin” es, seguramente, la película más pesimista de Kieslowski. Es en la que más directamente aparece el trasfondo político, con sus indudables consecuencias.
Se trata de la dificultad de una persona para elegir, de sus ataduras personales y políticas y la ineficacia a la hora de separarlas. Se nos relata la no existencia de una libertad eficaz, la utopía de una libertad sin ataduras. Y, como eje principal, tenemos a una mujer en busca de su personalidad, vacilante y sin saber qué rumbo escoger. No dándose en un comienzo cuenta de ello, Ulla termina por aceptar que necesita a su marido, que su vida sin él es totalmente inabarcable (cosa que sucede al revés en “Azul”) y que no puede olvidarle. Por mucho sexo que practique, por muchos intentos que haga para quitárselo de la cabeza, sabrá que no serán suficientes. Puede que termine por olvidarlo, pero sabe perfectamente, en su foro más interno, que no es lo que ella quiere.
Con cada uno de esos mensajes (casi inapreciables para nosotros), Ulla siente a su marido a su lado, a pesar de que no puede verle ni tocarle. Y eso es algo que le conduce a la desesperación. Aunque parezca que el marido no pinta nada ni hace nada, tenéis que estar muy atentos, ya que su forma de observar los actos humanos es muy importante. Una vez más, tenemos la imposibilidad de desatarnos, de buscar una libertad totalmente real (cosa que buscará y “encontrará” más adelante Kieslowski, con su posterior filmografía).
Kieslowski nos deja entrever que todas las decisiones que tomemos nos conducirán a nuestra cárcel personal, de una u otra forma. Por ello vemos al obrero dudar tanto sobre su decisión y su destino. Sin duda, las ataduras de una política equivocada (aunque no se vea claramente, Kieslowski está destrozando y criticando brutalmente la situación de la Polonia de aquella época) nos harán encontrarnos a nosotros mismos y a nuestra particular traición. Su decisión final, obviamente, no le hará sentirse bien con su persona. Y nos revelará que la libertad que nos ofrecen las leyes y la política no son más que una simple mentira. Kieslowski siempre intentó desenmascarar la falacia del comunismo. Y tuvo que pagar ese precio, tal y como le sucedió con "El Azar", debido a su escepticismo complejo que provocaba la irritación de los altos mandatarios (principalmente, porque no soportaban no comprender algo... a lo mejor iba en contra de ellos y no lo captaban debidamente; mejor, por lo tanto, curarse en salud).
Y Ulla experimentará una sensación paralela con su marido. Parece ser que unas situaciones de tal calibre no tienen salida hacia una libertad totalmente sincera. Nunca nos dejarán elegir. Así, la libertad solamente nos deja la opción de una escapatoria... y todos la conocemos. La renuncia a la supervivencia como única manera de conservar la dignidad. Pero, ¿será válida? ¿Será, al mismo tiempo, digna? Obviamente, tampoco lo será. Simplemente es una escapatoria más, sin la posibilidad de encontrar nuestra respuesta tan perseguida. He aquí, una vez más, las vacilaciones vitales de Kieslowski, aparentemente tan contradictorias, pero totalmente sinceras y que reflejan a la perfección lo paradójico del ser humano. Nadie mejor que él para ello.
“Sin Fin” es una película llena de mensajes, coincidencias, oportunidades, creencias, fe, convicciones personales y libertades en busca de amor. “Sin Fin” es una película ultra-compleja, que nos es nada fácil de seguir y que nos hará sentir incómodos en más de una ocasión. Veremos escenas absolutamente oscuras y opresivas, pero que no llegaremos a entender. Metáforas que nos agobian, ya que provocan la lógica incomodidad de no comprenderlas. Pero... ¿alguien dijo que las respuestas eran fáciles de encontrar? El ser humano siempre está en busca de su verdad, por lo que la obra de Kieslowski no puede ser más sincera.
¿Dónde está el problema? Si no te metes totalmente en el papel ni te haces partícipe, seguramente sufrirás un desconcierto monumental que, obviamente, te conducirá al aburrimiento y a la duda.
Por eso, es un film recomendado para la gente con inquietudes morales, espirituales y vitales, y dispuestos a entender que, en ocasiones, no hay nada que entender. Si no te gustan las películas difíciles de ver en un primer visionado, mejor olvídala. Es una película para enriquecer nuestra alma, mucho más allá que cualquiera artefacto comercialoide.
Personalmente, opino que es la obra más complicada, oscura y críptica de Kieslowski. Y para algunos eso ya sería decir mucho.
Por cierto, es el film con el que comenzó, también, la conocida relación entre el excepcional Preisner y el genio Kieslowski, dando frutos soberbios en los momentos musicales. A destacar el misterioso e impresionante comienzo y el no menos misterioso final (con ese ritmo... ¿fúnebre?). Sin olvidar los momentos en los que Ulla se dirige a nosotros, los espectadores, en busca de una explicación. Ella no comprende, pero nosotros tampoco podremos ofrecerle respuestas.
Atentos, por lo tanto, si queréis entender la película y seguirla con un mínimo de idea, a los gestos, las miradas y sucesivos mensajes en forma de símbolos. Aviso que es muy difícil, pero ya os he prestado una ayuda con mi comentario.
También es recomendable ser conocedor de la trayectoria vital del fallecido director (os remito a uno de los primeros comentarios de mi blog, donde expongo un pequeño resumen que os puede servir de ayuda), así decidiréis mejor sobre sus films, ya que las experiencias privadas y políticas de Kieslowski son imprescindibles para comprender sus sentimientos plasmados en cada una de las películas. Según su situación, tendremos un mensaje diferente, pero siempre con el eje de la libertad (mucho más moral en sus comienzos, hasta el “Decálogo”) y el amor (más reforzado en sus últimas obras)... rodeados ambos por el azar y las decisiones volitivas.
Cabe destacar que, a partir de "No End", comienza la etapa de la búsqueda interior de Kieslowski, de la búsqueda más netamente espiritual, alejándose de anuncios políticos que pudieran manipular su mensaje existencialista. Por ello, y paradójicamente a los ojos de los más vírgenes en este terreno, "Sin Fin" es la obra más política de su filmografía... que nos conducirá a la etapa más alejada de dicho concepto. Kieslowski aprendió a construir una visión negativa al conocer la triste realidad. Lo más sensato es alejarse de panfletos que solamente maltratan el foro más interno de las personas.
Por cierto, impresionante todo el reparto, con especial mención para una sublime Grayzna Szapolowska, rayando un nivel de perfección verdaderamente elogiable. Pero sobre todo son sus gestos, sus silencios, su mirada vacía de aparente hastío vital, los que de verdad nos enseñan el camino real. Mediante ellos podremos entender lo que Kieslowski, sutilmente, nos quería transmitir.
Pero hay que tener en cuenta, por supuesto, que muchas de las cosas acontecidas en el film no tienen explicación. Yo tampoco podría ofrecérosla. Es demasiado profunda, demasiado personal, como para exponerla en público.
Eso ya es cosa vuestra. Siempre que lo aceptéis y, por lo tanto, comprendáis la elevada complejidad metafísica de "Sin Fin".
Por todo ello, no pienso decir nada más sobre el verdadero fondo de la película. Las palabras ahora resultan inútiles. Espero que vosotros seaís capaces de entenderlo por vuestra propia cuenta. Lo agradeceréis, eso lo puedo asegurar.
Es más. Estoy convencido de que, diga lo que diga, parte de la gente que me está leyendo en estos instantes pensará que estoy equivocado. Medio mundo piensa del otro que está en un error...
... y ese es precisamente el mayor de los aciertos. Eso es, si habéis comprendido, lo que buscaba el genio Kieslowski con su obra. Retratar el espíritu humano, con sus paradojas y convicciones.
Una vez más, Kieslowski muy por encima del resto en dicho aspecto.
Un director que nos brindó la mayor de las oportunidades para conocer el lugar que ocupa la persona en la sociedad. Un director que con sus vivencias personales nos ayudó a enredar en nuestro espíritu y en nuestro amor. Un director que, al fallecer, dejó al cine sin una porción de su alma más sincera.
Un director que sabía, mejor que nadie, que no sabía nada. Estaba más seguro que nadie de que no estaba en absoluto seguro.
Un director en busca de una verdad que no era tal...
... Nuestra verdad.
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Opium Poet | |
Ficha de Película enviada por Zerkalo el 23 de Agosto de 2005 |
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