Daigo Kobayashi, antiguo violoncelista de una orquesta que se acaba de disolver, acaba vagando por las calles sin trabajo y sin demasiada esperanza. Por ello decide regresar a su ciudad natal en compañía de su esposa. Allí consigue un empleo como enterrador: limpia los cuerpos, los coloca en su ataud y los envía al otro mundo de la mejor forma posible. Aunque su esposa y sus vecinos contemplan con desagrado este puesto, Daigo descubrirá en este ritual de muerte la chispa vital que le faltaba a su propia vida.
Crítica
Puntuación del crítico: 7
Sólido film japonés sobre un hombre que entra a trabajar como amortajador, un oficio que funciona como ritual de despedida a los muertos de cara a sus allegados.
El drama personal del taciturno protagonista (la vuelta al hogar de su infancia, los recuerdos borrosos de su padre) se une a la aceptación de un trabajo que a la mayoría nos resulta de lo más bizarro pero que también esconde su magia y belleza.
Buenas interpretaciones, excelente música del maestro Hisaishi y momentos poéticos como la escena de los salmones nadando a contracorriente o el significado de las piedras para el protagonista.
Respecto al Oscar que se llevó, no estoy de acuerdo considerando superiores a sus competidoras "Entre les murs" y sobretodo "Vals con Bashir", que se fue de vacio.
Davis
Ficha de Película enviada por DAVIS el 6 de Febrero de 2010