Bueno, tiene una historia interesante, pero bien es cierto que la relación entre padre e hijo se hace forzada lastrando al film hasta un final autocomplaciente. Aún así no me ha parecido tan mala como la pintan; entretiene, tiene unos efectos especiales excelentes con escenas de impresión y en algunas escenas se sigue notando la esencia de Shyamalan que tanto nos cautivo a sus seguidores.
Un film para disfrutar de sus escenas y con un buen mensaje a cargo de Will Smith, no le pidan más.