Un hombre, Mark Sheridan, es acusado del asesinato de dos agentes secretos y tras ser detenido es trasladado en avión a una penitenciaría. Durante el trayecto se produce un accidente como consecuencia de una revuelta y el avión sufre un aparatoso accidente que permite a Sheridan escapar. A partir de aquí comienza una implacable persecución a cargo del agente federal Sam Gerard, quien hace años vivió una experiencia similar persiguiendo al Dr. Kimble, el famoso fugitivo.
Crítica
Puntuación del crítico: 5
Secuela de "El fugitivo", que se quedó a años luz del original, convirtiendose en un film de acción mondo y lirondo (y encima tampoco es que tenga tanta acción). Supongo que será por: (1º) la talla como actor de Wesley Snipes no es la de Harrison Ford, y eso se nota y (2º) la acción de la película no hace más que repetir los momentos algidos de la cinta anterior, y trasladarlos de contexto (si Ford escapa de un tren, Snipes de un avión; si Ford se tira de un pantano, Snipes de un edificio sobre un tren, y así).
Oscar Ferrer by Dusk
Ficha de Película enviada por dusk el 4 de Noviembre de 2003
Digna secuela. No está a la altura de "El Fugitivo", pero entretiene lo mismo. A esta le falta (entre otras cosas) la visceralidad que imprimía Harrison Ford para hacer un "fugitivo inocente" que de verdad era creíble. En pocas palabras, el personaje de Wesley Snipes es "menos bueno" que el de Harrison, y no hace que nos compadezcamos de él de igual manera.
Me sucedió como con "La Jungla 2": Te preguntas para qué harán secuelas de películas que no las necesitan, para que pondrán al protagonista en situaciones tan parecidas a las del anterior film, pero el resultado es chachi.
Morro que le echa Stuart Baird al asunto.Un plagio total de "El Fugitivo", repitiendo secuencias e incluso protagonistas.La única variación es el color de la piel del perseguido.Si antes era un blanco ahora es un negro. A la absoluta falta de originalidad se une el paupérrimo trabajo de Wesley Snipes, a quien Baird debió conocer en "Demolition Man" (1993) mientras trabajaba como editor. Una cagada que jamás debió contar con el concurso de Lee Jones.