MacGyver y un antiguo profesor suyo comienzan la búsqueda de algunos artefactos atribuidos a Zenon, un ancestral científico que supuestamente vivió en la Atlántida.
Crítica
Puntuación del crítico: 3
Habiendo triunfado larga y merecidamente durante la segunda mitad de los 80, la serie "MacGyver" comenzó a decaer a principios de los 90. Los telespectadores empezaron a hastiarse de los trucos del protagonista y los guionistas cada vez lo tenían más dificil para idear nuevas triquiñuelas. Todo ello se tradujo en vaivenes argumentales caracterizados por la escasez de buenas ideas y un cambio errático en la personalidad de MacGyver hacia el activismo ecologista en la última temporada. Pero lo inevitable ocurrió, y la serie acabó suspendiéndose por falta de audiencia.
Fue entonces cuando Richard Dean Anderson, el actor que había dado vida a MacGyver durante 7 años, decidió pasar del formato serial al largometraje; bien en un futil intento por remontar la serie o bien para intentar recoger las últimas migajas previas al olvido. Este movimiento desesperado se plasmó en forma de dos largometrajes para la pequeña pantalla (ambos rodados en 1994), siendo este el primero de ellos. Desde un punto de vista presupuestario, estas producciones fueron rodadas con más capital que los episodios de la serie. Hecho comprobable en la variedad de exteriores y en la mayor elaboración visual. Sin embargo, argumentalmente no dejaban de ser historias forzadas para que durasen hora y media. Para colmo los guiones rompían totalmente con la línea habitual de los episodios, presentando a un MacGyver cansado y distante al de la serie de TV. El resultado fue un fiasco que ni siquiero sirvió como "broche de oro" para la serie. Un final cruel e injusto para una de las mejores series habidas en la historia de la TV.
En resumen: Últimas bocanadas de aire previas al adios.
Ficha de Película enviada por RealWimper el 18 de Junio de 2005