En una palabra: mala. Esta pelicula es argumentalmente aburrida ya que la historia de Sbaraglia y Llorens no interesa a nadie y mucho menos al espectador, al igual que tampoco interesa a nadie la historia de Sanchez Gijon que ya sabemos por donde va a conducirnos, todo lo contrario que el personaje de Belén Blanco y su Matilde que es la verdadera alma de la pelicula y del que el espectador se queda con ganas de saber más de ella, y por cierto es Belén Blanco la única del reparto junto con Pep Munne que da la talla y algo de credibilidad a sus personajes. Aitana Sánchez-Gijón está muy forzada, sobretodo cuando llora tan falsamente que canta a la legua que está actuando; Mercè Llorens se limita a mostrar pierna y poco más ya que es bastante mala como actriz y de Leonardo Sbaraglia mejor no hablar ya que es obvio que sus dotes interpretativas son totalmente nulas. Lo único interesante es la dirección de Puenzo y la esmerada labor de fotografía y banda sonora. Por cierto, la mejor escena de la película, aquella en la que descubrimos que le ocurrió a Mercè Llorens, me recuerda bastante a el final de El gran azul.
Y por cierto, los efectos especiales son bellisimos, de los mejores que he visto en años, es cierto que se nota que son efectos especiales, pero ahí precisamente es donde radica su belleza.