Guerreros ... A GRITOS
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Lars Ulrich
desde alicante,
, hispania
-- Sábado, 11 de Septiembre de 2004 a las 06:45.
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.84.120.248.190 |
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La primera vez que la vi me gustó bastante, quizá porque era mucho más joven y poseía mucho menos criterio. Ahora opino que es un bodrio bastante lamentable, pese a que como todo film tiene sus puntos y sus pequeños aciertos. A Daniel Galparsoro le he cogido una manía tremenda tras ver esta patochada. Este joven director se ha preocupado desde el primer momento por que "Guerreros" no parezca una película española, bastante bien claras dejó sus intenciones con la demoledora campaña de propaganda muy ajustada a los parámetros comerciales americanos. Y lo peor es que encima se contradice, pues luego la película intenta, y reitero: intenta centrarse no en la acción sino en la psicología de sus personajes, la mayoría de ellos poco definidos y presentados al espectador de una forma muy arquetípica. El chusquero, el borde, el raro, la marimacho... esas debieron ser las únicas indicaciones de Galparsoro en su pobre guión. Para colmo, la mayoría de las interpretaciones resultan totalmente planas, empezando por el inaguantable Eduardo Noriega, el cual nunca entiendo cómo puede haberse ganado el respaldo de la crítica cuando es uno de los intérpretes más sosos del cine español. Hasta Jordi Vilches queda mal, pero bueno, Jordi Vilches es Jordi Vilches; él nunca fue un actor profesional, todo es cuestión de que le den un papel ajustado a su medida (como el de Krámpack, una película que gana mucho mérito gracias a él). El único que imprime a su personaje una cierta dosis de credibilidad es, a mi juicio, Rubén Otxandiano (el sargento chusquero, en este caso). El impacto visual del film está muy conseguido y Galparsoro juega inteligentemente con él en secuencias como la que Eloy Azorín es hecho prisionero y pierde los nervios. Lástima que no venga a cuento, y la psicosis del protagonista... vamos, no hay quien se lo trague. Incomprensible. En suma, no me resultó mas que una cutrez del insufrible Galparsoro (¿he mencionado ya que le tengo tirria?), un tremendista de mucho cuidado. Pastelada.
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