Maravillosa. Desde el inicio ya sabes lo que te vas ha encontrar, una dirección estupenda que sin palabras es capaz de llevarte al corazón todo el sentido de la novela; una fotografía con mucho claroscuro en glorioso blanco y negro que resalta el dramatismo de la historia; y un maquillaje extraordinario, que dibuja unos personajes extraños y siniestros, el perfecto para nuestro viaje a los infiernos junto al joven Oliver Twist. Una película en espiral en las que los breves respiros parecen ser poco más que preparativos para que el pobre chico caiga más bajo si cabe. Emotiva.