Secuela bastante disminuida de un flojito remake de una obra mítica del copón. Nada se salva de la debacle que es KK2: historia implausible y tooonta de solemnidad, efectos lastimosos; y típico final feliz almibarado hasta la diabetes ( ese bebé Kong zascandileando entre matojos con su feliz mami, argh). Más dañino que un batallón de aeroplanos.