Importante patinazo de Spielberg en un terreno que no se le termina de dar bien, la comedia. La mayoría de los gags no funcionan, el argumento (muy pobre) se difumina por la gran cantidad de personajillos que pululan por la pantalla y curiosamente la mejor escena de toda la película, el ataque aéreo a Los Angeles, sería espectacular en una película de género bélico o acción, pero aquí queda de pegote. Lo mejor, Toshiro Mifune y Christopher Lee y todo lo que tiene que ver con el submarino japonés... y por supuesto John Belushi, que siempre fue muy gracioso.