Tres historias sobre la violación de los derechos humanos
La espalda del mundo
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Título original | La espalda del mundo |
Nacionalidad | España |
Año | 2000 |
Género | Documental · Drama |
Formato | Color |
Duración | 105 |
Director | Javier Corcuera |
Guión | Javier Corcuera, Fernando León de Aranoa |
Fotografía | Jordi Abusada |
Producción | Elías Querejeta P.C. |
Distribuidora | UIP |
Reparto | Personas entrevistadas:, Guinder Rodríguez, Raúl Sánchez, Martín del Álamo, Cuti del Alamo, Michael Mendoza, Hermanos Quesques Espinoza (Niños picapedreros), Mehdi Zana (Exiliado kurdo), Thomas Miller-El (Condenado), Tomás Rangel, Chayo Flores, Antonia Rangel, Martha Glass, Irene Gutiérrez, Sandra Crisler, Lydia Barashenga (Familiares de condenados) |
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Sinopsis | Tres historias sobre la violación de los derechos humanos y sobre personas olvidadas del mundo: un grupo de niños que trabajan en una cantera de Perú picando piedras, una diputada kurda presa por hablar en kurdo en el parlamento turco, y un condenado que espera en el corredor de la muerte en una penitenciaría de Texas
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Crítica | Puntuación del crítico: 10 | No es habitual que un documental se estrene en las salas comerciales de cine. Y menos si es español. Ya solo por eso merece atención este primer largometraje del limeño afincado en España Javier Corcuera, que ha contado con la ayuda de Elías Querejeta como productor, y del propio Querejeta y Fernando León de Aranoa en la escritura del guión. La espalda de mundo fue presentado en la Sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián 2000, donde obtuvo el Premio de la Crítica Internacional (Fipresci) y una calurosa acogida por parte del público.
Pensada inicialmente como aportación a las celebraciones del 50 aniversario de la Declaración de los Derechos Humanos, la película se compone de tres reportajes que afrontan otras tantas situaciones de degradación humana e injusticia social y política. El primer pasaje, El Niño, sigue los pasos de Guinder Rodríguez, un espabilado y encantador chaval de 11 años, que malvive con su numerosa familia en una chabola de los suburbios más pobres de Lima. De su mano se muestra el duro trabajo de los picapedreros, al que se ven abocados muchos menores de la zona, que deben hacer esfuerzos heroicos para seguir recibiendo educación escolar.
El segundo fragmento, La Palabra, es un homenaje a Leyla Zana, la primera mujer kurda que llegó a ser diputada en el parlamento turco, y que lleva desde 1994 en una cárcel de Ankara, cumpliendo una condena de 15 años. El motivo: llevar a su juramento parlamentario una diadema con los colores de la bandera de Kurdistán y pronunciar, en el prohibido idioma kurdo, una frase sobre la hermandad entre su pueblo y el pueblo turco. Esta vez guían la historia sus familiares, y especialmente su marido, Mehdi Zana, que fue el primer alcalde kurdo de Diyarbarkir —la principal ciudad del Kurdistán turco— y que ahora vive autoexiliado en Suecia, tras pasar 16 años en la cárcel. Sobre él pesan todavía otras condenas por un total de más de 25 años de prisión.
Finalmente, en La Vida, la cámara se adentra en el corredor de la muerte de una cárcel de Texas, para mostrar sin concesiones la deshumanización que conlleva la pena capital. Al hilo de las confesiones íntimas de Thomas Miller-El —un condenado negro, que ya ha sufrido diez fechas de ejecución y ha conocido a 120 ejecutados—, se presentan las declaraciones alucinantes, en su terrible frialdad burocrática, del alcaide, el capellán protestante y otros funcionarios de la cárcel, así como las sentidas opiniones de familiares de condenados y de alguna víctima.
"Tres miradas, tres voces, una sola historia". No puede ser más certera la síntesis del film que ofrecen sus creadores. Filmados con desnudo realismo —a menudo sorprendentemente poético—, y magistralmente montados, los tres reportajes rezuman humanidad, pues matizan la denuncia desgarrada con una esperanzada confianza en la dignidad humana. Probablemente tengan carencias —ni pueden ni quieren agotar toda la información sobre las situaciones que denuncian— y, desde luego, están marcados por el invitable filtro subjetivo que supone cualquier selección y elaboración dramática de imágenes. Pero articulan desde el primer encuadre una reflexión inteligente, emotiva y nada panfletaria, que estremece a fondo las adormiladas conciencias de los espectadores sin necesidad de recurrir a voces en off ni a subrayados discursivos, victimistas o lacrimógenos. Les basta y les sobra con la serena mirada con que contemplan a esos seres humanos, acosados por la miseria, la tiranía y el olvido —las tres coordenadas de la espalda del mundo—, pero que no renuncian a seguir luchando. Además, por su valor universal, esa reflexión cabe hacerla extensible a tantas otras violaciones de los Derechos Humanos que aún perviven en muchos países, incluso en los más avanzados. Temas de cinefórum: Marginalidad. Pobreza en el tercer mundo. Trabajo infantil. Picapedreros. Kurdos. Turquía. Represión política. Pena de muerte en Estados Unidos. Premios principales: Premio de la Crítica Internacional (Fipresci) en la Sección Zabaltegi del Festival de San Sebastián 2000. Candidatura al Premio Revelación 2000 (Javier Corcuera) del Círculo de Escritores Cinematográficos (CEC). Público adecuado: Jóvenes
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