Robert Mitchum es un sheriff borracho con muchas bocas por cerrar. John Wayne, el veterano pistolero con gran sentido de la amistad. Ambos, junto a un joven inquieto -James Caan- y dos valientes mujeres, son acorralados en el pueblo por una banda de asesinos a sueldo.
Crítica
Puntuación del crítico: 7
Especie de deslucida fotocopia de Río Bravo en la que por el camino desaparece gran parte de la épica y de la emotividad de aquélla. Se suele argumentar que esta versión es más oscura, que los personajes están ya en un punto sin retorno, que es una película más madura...pero a mí me parece que es más floja, a secas. Desde luego si trataba de transmitir algún tipo de amargura no lo consiguió conmigo, y me pareció que sencillamente su desarrollo era más confuso y más torpe, de modo que realmente no llegas a entender bien las motivaciones de los personajes (por no hablar de que otros, tan significativos y brillantes en Río Bravo, estén aquí solo de paso y entrando y saliendo de la trama casi al azar).
Lo que más me gusta es el principio, más conciso que el resto y muy bien mostrado al espectador, sobretodo cuando hablamos del incidente inicial en que el supuesto héroe mata por error a un niño. A partir de ahí se lía y, a pesar de ser considerablemente más corta, acaba por hacerse muchísimo más larga que Río Bravo.
En fin, para mi gusto, otra sobrevalorada película de Howard Hawks. Como curiosidad, que contiene alguno de los comentarios (sobre los indios) más racistas que se hayan oído en un western.
Piripiflautico
Ficha de Película enviada por piripiflautico el 28 de Septiembre de 2005
Y lo que pierde en épica lo gana en comedia. qu e por algo Howard Hawks fue el director de La fiera de mi niña o This girl friday. La película e sun divertimento que parte del mismo argumento que Río Rojo, pero, evidentemente, un remake no puede sre una mera fotocopia. En este caso, cambían por completo de género. Memorables son las escemnas con el torpe James Caan intentando apuntar con un arma o tan sólo deletrando su impronunciable nombre, por no hablar de un pletórico Robert Mitchun en estado de embriaguez. Sólo por la escena en que los dos médicos analizan la herida de John Wayne mientras Mitchun se tapa la suya ya merece la pena ver este maravilloso clásico.