Tiene buenos momentos. LA conversación de Affleck con el candidato a ayudante, idealista. Dentro de unos años me lo cuentas de nuevo. Genial. LA escena en el bar de Jackson con los dos tíos sobre Tyger Woods, la llamada a Hurt..., antológica. LA confesión de Ben Affleck...
El final es demasiado bonito. En la vida real Jackson se hubiera quedado en la calle, sin casa y sin hijos. Punto. Y a Ben Affleck se lo habrían cargado por orden de Pollack. O tal vez Affleck se habrái vendido por parte del pastel del viejete. Al menos no acabas hundido del todo. Si el director quería hacer una peli con un mensaje de esperanza, vale. Si quería un final made in hollywood, es comprensible.