Se llama A scene at the sea, no Scenes at the sea. Una película intimista, con un humor cariñoso, muy bonita. Es notoriamente mejor que otras obras de Kitano, por lo cual no entiendo su minusvaloración.
Kitano abandona la violencia para dirigir esta película minimalista y poética con escenas cargadas de belleza (ese viaje con la chica sóla en el autobús). Silencios y mar (escenario que aparece en toda su obra, pero que aquí es la base misma de la historia) acompañados de la inolvidable música de Jo Hisaishi.