Junto con Oliver Twist es la que más me gusta de la etapa inglesa de Lean. La película es preciosa, triste, conmovedora, con unas interpretaciones impresionantes. En ningún momento resulta maníquea, aún siendo su retrato de la sociedad crítico y amargo. Además, está narrada de una forma más que curiosa y excelentemente musicada. Una de las películas de amor de la historia del cine.