Pues si, es otra joyita casposa ochentera, con los elementos característicos de la época, es decir, jovenes calientes, alcohol, sexo y rock, la novedad es que ahora no es un Jason el que se encarga de enseñarles la lección, sino unos adorables Robots. Lo simple y divertido de la cinta le da muchos puntos, es para no tomarse enserio, además la actuación de la "last girl" de turno Kelli Maroney es bastante buena. Entretenida, como ya se dijo, hay harta caspa pero es de esas películas que se convierten en clásicos del gusto culpable jaja.