Típico subproducto de explotación de fines de los 70. Excesivo, torpe, brutal y con el único objetivo de escandalizar a diestra y siniestra. Vale un par de puntos sólo por el enorme (y sufrido) trabajo de Camille Keaton (hermana de Diane). No cualquiera aceptaría tal rol.
Pd: es muy graciosa la crítica que hace Roger Ebert a esta película, no sólo por cómo se escandaliza ante lo visto sino también por cómo reacciona ante el comportamiento del peculiar grupo de espectadores que lo acompañaban en la sala ese lunes a la mañana (¡!).