Una de las peores películas de Fulci, quien ya comenzaba a transitar por su etapa profesional más floja (peleas con los productores, films hechos por encargo y con desgano). Esta vez el gore brilla por su ausencia (grave error) y la insípida trama no logra despertar interés alguno. Solo se salva el comienzo en las pirámides (en plan Indiana Jones cutrillo) y la buena música de Fabio Frizzi. Absolutamente prescindible.