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Sinopsis | Benny es un joven de buena familia que recibe todo lo necesario y más para llevar una existencia la mar de cómoda. El aburrimiento y la mera curiosidad le llevan a cometer un acto salvaje, que será recompensado con la más absoluta impunidad.
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Crítica | Puntuación del crítico: 7 | Peli bastante interesante que habla del podrido mundo en que vivimos, y de cómo las sociedades occidentales están cada vez más insensibilizadas hacia todo aquello que no sea su propio bienestar (conseguido la mayoría de las veces a costa del "malestar" del resto).
Al mismo tiempo que en la civilizada Austria Benny disfruta de una vida con todas las comodidades (y con él todos nosotros), en muchos otros sitios, como el mísero Egipto que visitan la madre y su hijo cuando se van de viaje, malviven personas que están a la espera de morirse de hambre, de enfermedad o de cualquier otra cosa. La idea, bastante bien relacionada, viene a ser que si al fin y al cabo nos importa tres cojones que se muera un negrito en cualquier país de cuyo nombre apenas hemos oído hablar, no tendría por qué importarnos demasiado que se muera una persona cualquiera elegida al azar, aunque la estemos viendo con nuestros propios ojos y no durante un par de segundos en el telediario. Personalmente no nos afecta más que la desaparición del dichoso negrito (o sea, 0), y esa falta de relevancia hace que en la balanza ya pueda pesar más nuestra simple curiosidad por ver a alguien morir que los escrúpulos a la hora de ejecutar el crimen en sí. ¿Es lógico o no?
(A PARTIR DE AQUÍ, SPOILERS)
Así las cosas, el bueno de Benny decide pasar a la acción. Al principio parece como que no es algo premeditado, que solo seguía sus impulsos. Pero claro, en cuanto a la víctima le da por yacer en el suelo como un cerdo agonizante, no hay vuelta atrás y lo único que se puede hacer es acabar el trabajo lo antes posible. El resultado: dos de los minutos más impactantes que servidor se haya echado a la cara.
Es interesante el modo en que se recalca que Benny lo tiene todo y que su acto amoral es únicamente por diversión, porque este es el punto que siempre intentan pasar por alto (o incluso falsear) quienes tienen el trabajo de aborregarnos. Benny no es un loco, al menos no en el sentido habitual: es cualquiera de nosotros, cualquiera al que este mundo actual haya educado en la idea de que debe velar por sus propios intereses sin preocuparse de los demás. Benny es aquellos tres chicos de buena familia que sin motivo aparente quemaron viva a una vagabunda (¿sin motivo? ¡huevos! ...porque podían hacerlo...). Hasta ese extremo hemos llegado, o eso piensa Haneke (piensa él, y además hechos como el de la vagabunda asesinada parecen empeñados en darle la razón).
En fin, que eso está bien formulado en la película, pero a partir de ahí ya me parece que empieza a desbarrar pretendiendo dar, en su afán aleccionador, unas actitudes a los personajes que no se sostienen del todo. Primero la (excesiva) parsimonia del chico después de haberla matado, que es evidente que se recalca a propósito para reforzar el discurso de la película. Y segundo, y mucho más sangrante, el absurdo comportamiento de los padres, que ven como su hijo se ha convertido en un asesino y ni le echan una bronca. Vale que se puede sobreentender que todo el cabreo de los padres esté omitido por ser irrelevante y para saltar inmediatamente a lo importante (el hecho de que decidan ocultarle y protegerle por el mero hecho de ser su hijo), pero a mi ver ese es precisamente el problema. En su afán de resaltar el comportamiento hipócrita, irresponsable e inhumano de los padres, Haneke se salta una parte importante para la credibilidad de la película, y al omitirla está al mismo tiempo exagerando de un modo grosero ese comportamiento que decía antes. Pasan de ser unos personajes creíbles a unos personajes que han sido forzados a convertirse, por obra y gracia del director, en un mero vehículo de la filosofía que este pretende exponer.
Y es que a partir de ahí la película se resiente. También porque se le ha acabado ya lo más importante que tenía para contar (aunque queden un par de escenas interesantes acerca del disgusto reprimido que siente la madre para con el hijo), pero bueno.
En definitiva, la idea y el planteamiento de la película están muy bien, pero luego el desarrollo quizás entre en lo tendencioso. Y, por qué no decirlo, tampoco resulta ni la mitad de atractivo que el de otras pelis de Haneke verdaderamente apasionantes como puedan serlo Cache o Funny games.
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