Irregular panfleto político al servicio del polémico actor Sean Penn, todo un alegato a la corrupción política. La película tiene pasajes interesantes (casi todas las escenas en que aparece Anthony Hopkins y el (previsible) final con un genial plano (la unión de las sangres...los que la vean lo entenderan)). Lo mejor: Jude Law, Anthony Hopkins (aparece brevemente pero siempre su presencia se agradece) y la banda sonora de Horner. Lo peor: el mal estructurado guión que podía haber dado mucho más de sí y Sean Penn (histriónico y con pintas de loco, sus discursos dan miedo en todos los sentidos). Por cierto, aparece en la película el ahora conocido Jackie Earle Haley grácias a su papelón en "Juegos secretos" como el chofer de Sean Penn.
Steven Zaillian es un director pésimo y en su tercera película tras las cámaras lo vuelve a demostrar. Ni con la mejor novela que pudiera adaptar y el mejor reparto que uno pueda imaginarse es capaz de hacer una gran película (puede que mi crítica se vea algo condicionada porque me encanta el original de Rossen, pero por mucho que diga Zaillan que no ha visto la de 1949 esto sigue siendo un remake).
No es mala del todo, tiene sus cosas que sí me han gustado (la banda sonora, Jackie Earle Haley, etc), pero en general es fallida. Baste ver ese elenco de actores fatalmente dirigidos (Penn) y otros desaprovechados (Winslett), los horribles flashbacks del final... en fin una pena.