Posiblemente la obra maestra de Jules Dassin. Todo en ella es magistral, el golpe a la joyería perfectamente ejecutado desde el butrón en el techo (rififi), la inutilización de la alarma y la apertura de la caja fuerte.
Apasionante en todo momento, el mejor cine de género y un personaje para el recuerdo: Tony le Stephanois.