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Sinopsis | Sybock, hermanastro de Spock, es un fanático religioso que está convencido de haber tenido una visión divina. Tal es su convencimiento que decide montar un supuesto conflicto diplomático con la intención de secuestrar el Enterprise e ir en busca de Dios. Su destino: el centro de la galaxia.
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Crítica | Puntuación del crítico: 5 | Quinta entrega de las aventuras cinematográficas del capitán Kirk y su tripulación, así como penúltima de la saga iniciada a finales de los 70. Una saga que vio la luz con "Star Trek: la conquista del espacio" (1979), primera adaptación para la gran pantalla de la serie televisiva creada por Roddenberry. No tardó mucho en aparecer su continuación, "Star Trek II: la ira de Khan" (1982), segunda porción del pastel galáctico en donde, a la par que se volvían a explotar las posibilidades cinéfilas del mundillo Trek, se nos presentaba a la mujer de Kirk y a su rubiales vástago. Y como no hay dos sin tres, en 1984 se estrenó "Star Trek III: la búsqueda de Spock", apéndice necesario y premeditado de la anterior en donde Spock, no sólo se dirigía a sí mismo, sino que resucitaba de entre los muertos gracias al milagro del proyecto Génesis. Ya en 1986, los productores y el propio Leonard Nimoy volvieron a acordarse de la saga, no tardando en meter baza con una cuarta entrega. Así fue como nació "Star Trek IV: misión salvar la Tierra", un nuevo giro de tuerca argumental en donde los protagonistas, aburridos de merodear por el espacio, optaron por hacerlo a través del tiempo con fines salvadores y ecológicos.
Y así llegamos a "Star Trek V: la frontera final", la nueva andanza trekkie que parieron los productores con el concurso del propio William Shatner y que supuso la reconstrucción del chamuscado Enterprise. Otra hazaña espacial en donde Kirk y sus allegados, cansandos de tanto misterio banal, apuntaron bien alto, metiéndose por los siempre farragosos lodazales de la religión. Por desgracia, semejantes planteamientos tan ambiciosos no tardaron en patinar al poco de saltar a la pista, pues tan metafísicas intenciones quedan reducidas a meras y decepcionantes conjeturas. Unas conjeturas que, en el mejor de los casos, sólo sirven para alimentar unas expectativas filosóficas que se ven incumplidas por culpa de un desenlace rápido y prematuramente parido. Ya en el plano visual, "Star Trek V" adolece de dos grandes defectos. El primero es el peso de los años. Una visible carga que se aprecia fácilmente en el rostro de los protagonistas y que alcanza su máximo exponente en el pelo canoso de una geriátrica Uhura. Toda una exhibición de palpable senectud con la que los maquilladores insinuaban lo que se nos vendría encima inminentemente: el relevo generacional. El segundo de los males son los FX, que hasta la cuarta entrega habían seguido una línea ascendente (LucasFilm y su poderosa ILM han llevado siempre la batuta), pero que en esta ocasión sufren un importante parón estético (a veces, retroceso). Ello se tradujo en unos trucajes poco trabajados que dan el cante más de lo deseado.
En resumen: Penúltima entrega espacial que, si bien supuso un frenazo al declive cualitativo seguido hasta ese momento por la saga, inició a su vez el periodo crepuscular de la antigua generación. El cambio se avecinaba.
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Ficha de Película enviada por RealWimper el 27 de Abril de 2005 |
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