A mi no me desagradó aunque quizás creo que se podría haber abordado el tema desde un punto de vista más elegante y no tan burdo como lo hace el guionista. Al final lo mejor acaba resultando la excelente Diane Kruger, una actriz a la que por culpa de mediocridades como Troya no se le acaba de reconocer su talento como actriz como demuestra aqui y en Obsesión.