Sin duda una de las sorpresas del año. Lo que parecía ser una buddy movie con lindos paisajes de fondo termina siendo un muy buen policial negro excelentemente filmado y con grandes actuaciones de Gleeson, Farrell y Fiennes (componiendo éste último un pintorezco y estupendo villano). El extraño y melancólico clima que recorre el film se debe gran parte a la hipnótica música de Carter Burwell. Muy recomendable.