Hilarante, aunque abusa de caracterizar a los dos actores como si fuesen niños (es cargar las tintas demasiado) y al final no renuncia del todo a los clichés inevitables de la comedia. Con momentos grandes, como por ejemplo esa conversación entre Ferrell y C. Reilly en la que ya son "adultos maduros" y se encuentran con que no saben de qué hablar, solo dicen las típicas frases hechas de compromiso y no se abren el uno al otro ni muestran la honestidad de cualquiera de sus frases anteriores en la película.
Esperaba otra cosa de Will Ferrell, el doblaje dejó mucho que desear y no se por que ahora el termino comedia se confunde con el de cerdadas. Hacia mucho que no tenía tantas ganas de abandonar la sala en mitad de la película. Me pareció una pérdida de tiempo y de dinero.