Chuch Lumley (Henry Winkler) entra a trabajar en el turno de noche de un depósito de cadáveres de Nueva York, pensando que al menos tendrá un poco de tranquilidad... pero no se imagina lo que le espera. Su compañero, Bill Blazejowski (Keaton), un charlatán con una personalidad arrolladora y una facilidad pasmosa para inventar mil formas de hacerse rico, lo convence para que conviertan el depósito en un improvisado burdel. Una prostituta llamada Belinda Keaton (Shelley Long) será pieza fundamental de su peculiar negocio.
Crítica
Puntuación del crítico: 6
Es una de esas típicas comedias ochenteras, frenéticas y alocadas en donde una pareja de tios se meten en un fregado tras otro.
Dirigida por el precóz Ron Howard, me ha sorprendido lo bien que se conserva la película como sano entretenimiento que es y lo injustamente poco conocida que está frente a otros productos similares de la época.
Lo fundamental es que supuso el debut cinematográfico de Michael Keaton y que su actuación es sencillamente genial. Él hace la película, su personaje el "hombre idea" es un cachondo de labia desatada que hace de contraste con el soso protagonista. Keaton se come con patatas a Henry Winkler y eclipsa en general a cualquiera que comparta escena con él (fantástico el momento con Shelley Long en el árbol de navidad, en el que Keaton habla de sus padres).
Situaciones divertidas como la fiesta en la morgue o cuando Keaton analiza la palabra "Prostitution" (chiste que perdería la gracia en la versión doblada). Como curiosidad, en la escena de la fiesta podemos ver a un joven Kevin Costner haciendo también su debut.
Con encanto.
Davis
Ficha de Película enviada por DAVIS el 18 de Octubre de 2009