Película que va de más a menos, con un inicio prometedor, con el prota de Avatar al borde de una cornisa por razones que se irán desvelando a paso que el film avanza, mientras Tin Tin le ayuda en el caso.
Lo malo es que el film se lo va flipando, y cuanto más lo flipa menos creíble se hace, con escenas demasiado fantasiosas para algo que intenta ser creíble.
Los actores no lo hacen mal y entretiene, pero se acaba convirtiendo en un telefilm de la sobremesa de los domingos.