La parte de Brad Pitt parece una versión de "En el nombre del padre", la de Harrison Ford parece una versión de "Canción triste de Hill Street". La mezcla de ambas cosas dá lugar a un aburrimiento de órdago.
Lo único memorable es que Lady Di la fué a ver unos meses antes de su muerte, lo que causó polémica porque el tema que trata le pilla cerca a los ingleses.