El hombre que quiso ser oso
Cartel de la película
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Sinopsis | Desde 1990 hasta el 2003, Timothy Treadwell, camarero, actor ocasional y ex-alcohólico, pasó catorce veranos conviviendo entre osos grizzly. hombre que presumía de poder vivir entre los osos grizzly de la salvaje Alaska. Sus estancias en Alaska y su obsesiva relación con los plantígrados fueron recogidas por él mismo y su cámara de vídeo a lo largo de más de cien horas de grabaciones caseras.
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Crítica | Puntuación del crítico: 9 | Grizzly Man es uno de los pocos documentales de Werner Herzog que podemos ver en castellano (los escasos que han llegado a mis manos han sido en inglés). Sé que hablar de documental a Herzog le cabrearía bastante, pues su cine siempre se ha definido por romper fundir lo real y aparentemente objetivo con la ficción del cine, tomando una perspectiva personal e individual sobre todo ello, transformándolo en una visión única, su visión, su manera de entender las cosas. Es impresionante cómo Werner Herzog convierte al extravagante y polémico Timothy Treadwell en un personaje más de su galería, hermano de Aguirre o de Cobra Verde. Timothy Treadwell, hombre que siente repugnancia por sus prójimos, se siente repentinamente hermanado con los osos grizzly, a los que jura proteger de cualquier amenaza que el hombre, su peor enemigo, suponga para ellos. Herzog se identifica con Treadwell en el sentido de que este toma un camino de radical documentalista en su misión: viaja hacia el hábitat de los osos y convive con ellos durante trece veranos. Al igual que Herzog, director que dirige un documental sobre un documentalista, Treadwell pone en peligro su vida para llevar a cabo su misión. Pero tras este acto temerario, quizás valiente, se esconde una visión equívoca y estúpida: lo que Herzog llama "disneyficación" de la naturaleza, el enfoque de los animales como si fueran ositos de peluche o personajes de serie de dibujos animados. Como un Aguirre megalómano, aunque con distintas intenciones, Treadwell pretende un mundo, una vida, que entra en conflicto con la realidad de la naturaleza, una fuerza indiferente a los intereses del hombre, a menudo hostil. En los osos, como asegura Herzog, no hay bondad ni ternura, sencillamente son animales movidos por instintos primarios: sólo están interesados por alimentarse y reproducirse. Pero aunque como ecologista, Treadwell le parece bastante zopenco, guarda por él un infinito respeto y admiración como documentalista, o mejor dicho, como cineasta. Un hombre que pone en peligro su vida y que capta la espontaneidad de la naturaleza en todo su esplendor, imágenes insólitas, nuevas, puras, que el cine de estudio nunca podrá alcanzar. Y además, Treadwell ser humano se convierte en Treadwell actor delante de la cámara, y el documental ,por otra parte, se convierte en una reflexión sobre la condición humana, focalizada en un ser marginal en constante lucha consigo mismo, que envidia la simplicidad y felicidad de los osos y se esfuerza inútilmente por convertirse en un animal más, pereciendo dolorosamente en su lucha. Grizzly Man es un documental envidiablemente construido. Como casi todos los films de Herzog, no sigue una estela clara de acontecimientos, aunque existe una premisa clara y al final, una conclusión. No aburre ni agota en ningún momento, las entrevistas convierten a los familiares y amigos de Timothy en personajes de una película (incluso él mismo tiene una sombría aparición escuchando, conmocionado, la cinta en que están grabados los gritos de Treadwell y su novia cuando eran devorados por el oso). Como dije antes, recicla la aparente realidad objetiva a su punto de vista. Pero Grizzly Man no es una película perfecta. Hay unos pocos momentos, unas pocas preguntas, que suenan a Iker Jiménez o a periodistucho de cuarta: ¿a qué viene eso de preguntar por qué aparece la novia en el último vídeo de Treadwell?. Quizás sea que yo no lo entiendo, pero cuando lo pienso me parece algo fuera de contexto, vulgar dentro de un documental tan serio. En resumen, Herzog expone su visión sobre la labor del cineasta-documentalista y los límites a los que debe llegar para realizarla, así como también nos ofrece su poco complaciente visión de una naturaleza cuya belleza contrasta con la hostilidad y la agresividad. Concluye invitándonos a todos a reflexionar, mediante el ejemplo de la vida de Treadwell, sobre la condición humana. Destacar los escalofriantes últimos quince minutos. De las mejores películas de no-ficción que he visto en la vida.
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Waster | |
Ficha de Película enviada por Waster el 22 de Septiembre de 2006 |
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