Cuando entenderá Pierce Brosnan, quien por cierto me simpatiza y me agrada como 007, que él es más galán que actor. Aquí cree que porque sale con bigote ya lo vamos a valorar como el gran histrión que por cierto no es. La película queda a medias entre una comedia de humor negro y una historia de suspenso. La escena en donde el asesino camina por el lobby del hotel en calzones y se lanza a la alberca primero da risa y luego pena ajena.