A mí sí me parece excelente el retrato complejo que hace Herzog del megalomaníaco e histérico Kinski. La manera de entender e interpretar su manera de actuar, así como los interesantes datos acerca de los rodajes (sobre todo de Cobra verde) enriquecen un documental muy bien contado, emocionante. Declaraciones como la de Claudia Cardinale ayudan a darle complejidad y matices a la personalidad del polémico Klaus Kinski. El final me pone un nudo en la garganta.