Me ha gustado, aunque el film que no sabe si tirar hacia el cine comercial o hacia el cine más intimista se queda a medias. Si bien nos la venden como una deribante de la famosa saga “Species”, poco tiene que ver con ella, ya que no es una cinta de terror, pero si de ciencia-ficción tirando más hacia el drama. La trama parece una modernización del clásico “Frankenstein”, en el que se juega a ser Dios, y como no, todo tiene sus consecuencias, y es ahí donde el director falla un poco, ya que no se indaga en los sentimientos ni en los personajes todo lo que se esperaba en un principio, quedándose en un entretenido enredo entre especies. Los actores están bastante bien, sobre todo Sarah Polley, y tanto la fotografía como la música y la recreación de la criatura humanoide son maravillosas.